Reflexión final
Uno habla del mundo, del hombre, de la humanidad, de los que sufren, de la injusticia, de la violencia, del egoísmo. Todo eso somos, vamos y venimos de lugares de luz y de oscuridad en segundos. Merece que nos salvemos? Hablando de quizas un final próximo... Uno piensa en una gran ciudad donde se deboran unos a otros, tambien sucede en las sierras, en todas partes donde haya mas de un ser humano, será por la comida, será por el agua, por el amor, por el calor, por el dinero, por el techo, por el poder, por la vida.
Piensan que es esa nuestra misión en la tierra? Luchar con otro por la vida y por todas esas cosas? La humanidad está en ese embudo, cuantos más son más se nota, pero sucede en todos lados, entonces qué hacemos? Cómo podemos salvar a esta humanidad que ciclo tras ciclo se hunde en el mismo pantano?
Mi ser respira profundo y dice, AQUIETATE –Y SABE- YO SOY DIOS. Y ahi, en ese maravilloso mensaje todo vuelve a la calma, hay esperanza, hay luz. Aquietate –y sabe- YO SOY Dios. Entonces los asuntos mundamos se vuelven triviales, el hambre desaparece, el miedo desaparece y volvemos a nutrir al corazón de savia sagrada, de amor, para volcarla sin mas en nuestros semejantes, redoblamos el esfuerzo y nos fundimos con todo el Universo, sabiendo que nada habrá más allá del amor y la luz, nada. Un fósforo puede iluminar una habitación oscura, pero no existe un fósforo de oscuridad que pueda apagar la luz.
Mientras escribo esto, me alivia la bronca del día, pienso con amor en esos dos seres, pienso en la hormiga que hoy trabajó sin descanso para la comunidad, pienso en mi gato que descansa soberano sobre la cama, pienso en la sombra de un hermoso árbol que tengo al lado de mi nueva casa y todo vuelve a nacer.
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