Día de descanso
Meditación y encuentro.
Apertura de los portales internos,
de los recuerdos más antiguos.
Compartir y reconocernos.
Los que llegamos a La Nave,
hemos cumplido con un compromiso
asumido hace quizás miles de años.
Sentarnos bajo ese gran algarrobo
y ser una parte del engranaje
que pone en funcionamiento
el cambio para la paz del mundo.
Gracias Lola, Susy, Fabiola, Daniel, Silvana,
Roberto, Vero, Lorena, Sandra
y a todos los que nos acompañaron
desde su lugar.
Bendiciones.




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