Pasó la tormenta
de vientos fuertes y relámpagos!
Tuve miedo, lo confieso, recé,
me aferré a mis animalitos!
y me pregunté: qué carajo hago acá
sufriendo estos vaivenes del tiempo?
Pero cuando la tormenta pasó,
me dí cuenta que había tenido
mucho menos miedo que antes,
y que cada día que pasa
los afronto valientemente,
algo se modifica en mi,
algo se sana, algo mejora.
Y si pienso en mis temores primeros, al llegar,
y me pienso ahora, no se imaginan
la gran diferencia que encuentro,
y cuánto más libre me siento,
a menos miedos, mayor libertad.
Experiméntenla! Afronten los miedos,
vale la pena aunque a veces surjan dudas.
el techito de cañas que estoy armando
y el piso para colocar la mesa
y comer afuera, mirando el monte.
Los amo!
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